Mi amada Daniela Lucia
eres cual pequeña estrella brillante,
tesoro de mi querer,
cuando sonríes el mundo
se vuelve un bello amanecer.
Tus ojitos son luceros,
tu risa, pura canción,
contigo aprendí de nuevo
a soñar con el corazón.
Yo seré siempre tu abrigo,
tu refugio y tu lugar,
y en mi abrazo, mi cariño,
tú podrás siempre encontrar.
Crecemos juntas, mi niña,
yo en tus pasos me reflejo,
pues ser tu abuela es la dicha
más hermosa que yo tengo.