TALARA, mi patria amada, aquí
se celebra la festividad de las “Velaciones” y estas inician desde el día 31 de
Octubre con la limpieza de los nichos de nuestros difuntos, nuestras familias
limpian, pintan de blanco y ponen los nombres del difunto, y las fechas de su
nacimiento y de su muerte, está fiesta tiene por decir dos tiempos, la primera:
El 1 de Noviembre, que es
llamado el día de los Angelitos, y le nombramos así porque ese día recordamos a
todos los niños que han fallecido en nuestra familia, para esta fiesta la casa
de mi mamita (abuela materna) se impregnan
de perfumes de chancaca, miel de piña, camote dulce, suspiros (merengues),
natillas, cocadas, aparte de los varios perfumes, eran los colores, de los
papeles de sedita, verde para los camotillos, los morados para los manjarcitos,
amarillo para el camotillo, el blanco para las natillas, el anaranjado para el
dulce de piña, el celeste para las cocadas, y los suspiritos tan pequeñitos,
con sus grageas, y unas rosquitas bañadas de azúcar, la casa de mi mamita era
un ir y venir por si faltaba algo, que los floreros, que los manteles blancos,
que las bolsitas de papel, yo era la ayudante número uno de mi mamita, y tan
solo por probar todos esos manjares, la cocina de mi mamita estaba puesta sobre
una mesa hecha de cemento, y fierro, sobre ella estaba la cocina hecha de
fierros por donde pasaba el gas, porque Talara tuvo gas gratis en todas sus
casas, eso fue lo que los Gringos dejaron cosa que se perdió por la falta de
mantenimiento, pero vuelvo, sus ollas de mi mamita eran de fierro, y sus
cucharas de zapote, ella me acercaba una banca para poder llegar a la cocina y
pueda yo mover de manera de las agujas del reloj la olla para formar la
natilla, yo su Patichita era la única porque a mí no se me cortaba. Ya
terminado todo y frío todo, tocaba envolver los dulces en esos hermosos colores
ya descritos anteriormente.
Era uno para mí y otro para
la mesa, mi mamita me decía que me iba a salir una culebra por tanto dulce,
pero nunca vi una. Llegaba el día y era levantarse temprano a poner la mesa
frente a la puerta de nuestra casa, y vestirla de manteles blancos como las
nubes de un cielo despejado, y colocar los floreros con hermosas Marigoles,
Albahaca de viento que su perfume aun impregna mis recuerdos, Crestas de Gallo
aterciopeladas, Claveles Rojos o Amarillos, Nardos Blancos, todo esto más las
fuentes que contenían las bolsitas llenas de los ricos dulces de papeles de
lindos colores, pasaba la señora Barrientos una vecina hermosa, elegante con su
hijo, mi mamita preguntaba –vecina ¿Fernandito tiene 12 años verdad? – si vecina
Laura, y mi mamita –tenga estos angelitos por mi Josesito… ese era el hermoso
rito del día de Todos los Ángeles.
Al día siguiente 02 de
Noviembre era el día de los difuntos, de los adultos, y ellos también tienen su
fiesta, recuerdo los roscones de difuntos, son unas roscas suaves, dulces, y de
forma redonda que al medio llevan una cruz, y esas se entregan a las personas
adultas por tu difunto, mi mamita siempre le entregó esa rosca a mi padre por
mi papito Catalino (mi abuelo) y al entregarla le decía – Toma Jorge está rosca
por el ánima bendita de mi Catalino, está rosca iba acompañada de miel de
chancaca.
Esto era en casa, pero muy
aparte es la fiesta que vivimos en los cementerios donde llevamos velas por
ello el nombre de Velaciones, flores y las hermosas coranas hechas de papel,
tela, alambre, eran mis tías Evangelina y Paula las encargadas de hacer los
ramitos para los angelitos, y las
coronas para los difuntos, está era otra fiesta desde días atrás cortar los
discos en forma de hojas, poner el alambre y pintarlas de verde, formar las
flores con el alambre y los retazos de telas, formar sus centros con la colapez
y pintarla de amarillo, para luego formar hermosas obras de arte, que
terminaban forradas en papel celofán para así entregarlas a las familias para que
las lleven a los nichos de sus seres amados.
Ahí ya en el cementerio nos juntábamos
las familias, de uno y de otro nicho, nos saludábamos, pasábamos a la tumba de
nuestro ser querido a llorar su recuerdo, a poner las ofrendas, y con responsos
por sus ánimas, para que Dios los tome en cuenta, estas fechas que estoy lejos
de mi patria mis ojos se llenan de lágrimas
al recordar cómo viví mi infancia, mi adolescencia, al lado de los seres que me
amaron y ame, “animas benditas del purgatoria, rogar por nosotros que te
invocamos hoy”
Ireth Isildr,
31/10/14; 19:35