Tarde de lonche, y el hambre que llama a tomar una taza con leche, con su pizca de café y un dulce, pero el dulce debe ser algo de casa, algo de amor, y hoy lo tome con "chumbeque"; esto me remonta a mi Talara, a la casa de madera en alto, a esa casa de fachada verde esperanza, de interiores blanco humo, de cuartos color crema, de piso reluciente a base de pasar el estropajo con petróleo después de barrerlo, de la cocina pintada con pintura anticorrosiva color plomo donde estaba el mechero y cocina, y el resto de las paredes color arena.
Hoy me parecía escuchar a mi mamita diciéndome -mi Patichita hoy no hay siesta, hoy vamos hacer chumbeques, y deben estar listos para el lonche-, todo había empezado el día anterior, porque mi mamita era una mujer muy organizada, ella sin necesidad de agendas sabia como iba a trabajar cada hora del día. Así que vamos a compartir algo dulce de mi niñez...
- Harina de trigo.
- Manteca vegetal.
- Bicarbonato de sodio (para la masa, no polvo de hornear).
- Agua.
- Palillo.
- Dos plumas de azafrán o pizca de ají colorado en polvo.
- Dos plumas de azafrán o pizca de ají colorado en polvo.
- Canela en polvo.
- Dulce de atado.
- Jugo de limón.
- Clavo de olor.
- Raja de canela.
- Hoja de higo (para realzar el sabor)
- Amor, risas, mucho punche, y bastante paciencia.
Esos son los ingredientes de este rico dulce, que parece un turrón, pero es más sencillo, en cuerpo y preparación.
Ya con todos los ingredientes, mi mamita me ponía mi delantal, y ella los hacia de las camisas sin uso de mis tíos, primos, mi mamita jamás botó nada, solo botó lo que no servía, - manos a la obra mi Patichita; era el momento de jalar mi banco cerca de la cocina, pero no tan cerca para no quemarme, pero si para ver a una distancia prudente como mi mamita derretía la manteca, una vez agüita, la llevaba al centro de una corona hecha con la harina, ahí con sumo cuidado se va integrando la harina, la manteca derretida, el agua con el palillo y bicarbonato disuelto, una vez lograda una masa homogénea se abriga en una tela humedad por un espacio de una hora, quienes deseen pueden ponerla a refrigerar pero está vez cubierta o envuelta en una bolsa plástica bien limpia.
Mientras nuestra masa reposa vamos ahora a preparar la miel, se pone en una olla el agua, el dulce de atado, el clavo de olor, la canela, la hoja de higo, y el jugo del limón, se mueve con mucha paciencia, hasta que empiece el dulce de atado a disolver. Su perfume es tan delicioso, el olor que se compenetran como una charla de amigos, así de afables son la canela, el clavo de olor, el limón, la hojita de higo, y el dulce y portentoso "dulce de atado"; sabremos que nuestra almíbar esta en su punto, cuando veamos el fondo de la olla. Este almíbar debemos prepararlo a fuego bien lento, lento.
Ya pasada la hora volvemos a tomar nuestra masa, con una botella (rodillo) la estirábamos y sacábamos tres hermosos rectángulos, cada uno del grosor de un dedo, estas se ponían en latas para hornear, y antes de ponerlas, venía mi diversión con un trinche me ponía a pinchar toda la masa estirada y puesta en las latas, eso se hace para que no se infle por ningún lado la masita que servirá de cuerpo de nuestro "Chumbeque", es algo de menos de la eternidad que demora en cocer, de tiempos ahora sé pero en ese entonces yo decía que la masa en el horno llevaba siglos en estar, ya cocida la masa se mantenía una de las masas en la lata, con el almíbar aun tibio (no caliente) se bañaba una a una de las placas, luego se montaba una tras otra, quedando "masa, almíbar, canela espolvoreada, masa, almíbar, canela espolvoreada, masa", listo ahora si a tomar un cuchillo bien afilado para hacer los rectángulos para poder tomar el lonche.
La hora del lonche en casa de mi mamita era disfrutar alguna delicia y una charla amena, mi mamita me contó que este dulce nació en Piura en la provincia de Sullana, en una esquina de un barrio de Obreros, y nació porque en esa esquina siempre habían gavilanes en el tendedero (malhechores), y el dueño de casa un panadero ya hastiado de estos mozos, un día dijo esto se pone de color hormiga, cada tarde era un asalto, así que se dijo, - vamos a endulzar la vida de estos mozos- y así lo hizo, cuando dio a probar este dulce, uno de los jovenzuelos dijo - Esto está como se pide Chumbeque, y ahí nació el delicioso "Chumbeque".
Feliz tarde, y que su lonche sea tan grato como los míos en mi niñez.
Ireth Isildr, 17 Agosto 2015, 18:34.