Cuando se va un amigo
el llanto se separa
del alma.
Se abre una herida profunda
que con el silencio
se vuelve un recuerdo imborrable.
Si la pérdida de un amigo te duele
no imagino el dolor de la esposa,
la soledad de los
hijos,
el dolor del hermano,
la castración de los padres.
Cuando un amigo se va
se cierra una historia
se empieza a caminar de nuevo
se abre una herida
se abre la esperanza en la resignación.
Cuando un amigo se va
solo queda una sensación de vacío
de haber deseado conocer más
al hombre, al hijo, al hermano, al
esposo
al vecino.
Cuando un amigo se va
es ver un tren en marcha
un tren que no volverá,
un tren que se lleva todo lo vivido,
un tren que se lleva el consejo que
esperabas,
un tren que surcara los cielos,
un tren que te hará brotar lágrimas.
Cuando un amigo se va,
queda la promesa de ver por lo que él
amaba,
queda orar para que sus retoños,
cumplan las metas trazadas.
Cuando un amigo se va,
ya no queda nada,
ya no habrá más risas,
ya no habrá más charlas.
Cuando un amigo se va
Sólo queda decir...
¡Amigo quédate entre nosotros!
Ireth Isildr, 17/06/16; 14:18 (6 años + de Luis Armando Vidal Borja)