El primer mordisco me pareció demasiado pegajoso, pero su sabor supero
esa textura, esos pequeños trozos de maní y miel se encajaban entre mis dientes
que me hacía sentir que se me iban a caer las muelas, mi primera acuña la
recuerdo que fue de las manos de la señora Carlota, esta señora era como una de
esas mujeres que pintaba Botero, siempre tenía una sonrisa a flor de labios,
y olía a azúcar, miel, chancaca, era una
mujer muy amable, y dulce como los que ella preparaba, hoy les contaré sobre
las acuñas.
Como empecé las acuñas son dulces empalagosos, se parecen a nosotros
los piuranos, así como cuando recibimos a un foráneo y nos esmeramos por
atenderlos, por llenarlos de alegrías, y siempre cuidando ser respetuosos.
Estoy convencida de que quien come una acuña lo hace más por amor a la
miel, -por alimentar esos bichos que alberga en el estómago, como diría mi
mamita- lo hacemos por saborear cada pedazo de este manjar.
Quienes más consumen este dulce son los churres amantes de los
caramelos, pues una persona adulta la pensamos dos veces antes de llevarse a la
boca un dulce tan empalagoso como la acuña puede dejarnos con los dientes
encajados en tan empalagoso manjar.
Algo de historia de este dulce piurano, se puede decir que existen
varias referencias literarias de los siglos XIX y XX al consumo de este dulce.
Por ejemplo, el escritor peruano Enrique López Albújar (Chiclayo 1872-Lima
1966) en una novela ambientada en la época colonial, describe como se consumió
clásicamente durante la celebración religiosa del Corpus Christi.
Algo de historia de este dulce piurano, se dice que existen varias
referencias literarias de los S.XIX y XX
sobre el consumo de este dulce, ejemplo, el escritos peruano López Albújar
describe en una de sus novelas ambientada en la época colonial el consumo de La
Acuña durante la celebración religiosa del Corpus Christi. También lo hace el
historiador español Esteban Puig, el destaca este magnifico dulce en su trabajo
titulado "Breve diccionario Folklórico de Piuranismos".
Ingredientes
· 2 tapas de chancaca
· 1/2 kg de maní tostado
· 2 cucharadas de
mantequilla o margarina
· 1 taza de agua
Preparación
La chancaca se mezcla con agua y jugo de limón se pasa por un colador
para retirar las impurezas de la chancaca, luego llevarla a fuego lento hasta
que se forma un caramelo denso y oscuro, una vez logrado volcar la mezcla sobre
una lata enmantequillada y sobre esta esparcir el maní e ir presionando con la
ayuda de una cuchara de madera, una vez tibio se procede a cortar barras
medianas que serán envueltas en papel despacho o celofán, y así luego ponerlos
a la venta.
Es cada vez más difícil encontrar este dulce, ya que hay menos
comprometidos con su preparación tradicional utilizando maní local. Esta
variedad era muy común hasta hace unos años, pero ha sido reemplazada por
manís que a menudo se importan de otros países de América del Sur que no tienen
el sabor, ni textura de nuestro maní.