¿A cuántos nos hará falta ésta navidad una pareja, un padre, una madre, un hermano, un hijo, un abuelo, un esposo. Entre tantos familiares que se nos han adelantado?.
No será fácil sentarnos a la mesa y ver el lugar vacío de quien pudo haberlo ocupado.
Pero sin lugar a duda esto nos lleva a reflexionar lo afortunados que somos de haberlos tenido y si duele su ausencia es porque formaron parte importante y significativa en nuestras vidas y el extrañarlos es el precio de tanto amor.
¿Pero quién no estaría dispuesto a pagar el precio una y otra vez por todo lo que nos enseñaron, por todo lo vivido, por todo su amor y por todo lo que compartimos?.
El agradecimiento es una forma de rendir honor a su existencia.
Te has preguntado ¿Cómo le gustaría a tu ser querido ser recordado esta navidad?
¿Cómo lo quieres recordar?
¿Cómo quieres honrar su memoria?
Es normal que surjan las lágrimas y nos llenemos de tristeza, pero la navidad pese a las adversidades nos debe llenar de esperanza y amor para compartir con los que aún tenemos EN VIDA.
Podemos darnos la oportunidad de elevar la mirada al cielo y dar gracias por lo que tenemos, por lo que tuvimos y por lo que está por llegar.
Recuerda que el reincorporarnos a las actividades que dejamos de hacer después de la partida de nuestro ser querido no quiere decir que lo hemos olvidado sino que HEMOS APRENDIDO a colocarlos en un lugar muy especial en NUESTRO CORAZON.
Quizá el dolor no te ha permitido ver que a alguien le importas.
Que alguien te necesita y espera con ansias un fuerte abrazo susurrándole al oído,
¡FELIZ NAVIDAD!
Levanta tu rostro y resplandece con la luz del ángel que te acompaña a donde quiera que vas.
Un día a la vez, juntos en nuestro duelo, te abrazo con el alma!