En
la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo
que los padres deben darle a los hijos.
Ella
entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores,
debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños.
Sin
embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y
explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando
salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y
cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.
Explicó
además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la
familia.
Dijo
también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba
reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa
y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un
nudo en la punta de la sábana.
Cuando
mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado.
El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.
La
directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más
cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de
la escuela.
Este
hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden
hacerse presentes y comunicarse con otros.
Aquél
padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante
es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá.
Algunas
veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo
principal que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples
detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para
aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.
Es
válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que
ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.
Para
que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el
lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto
que las palabras.
Es
por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de
cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.
Las
personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben
distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en
la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.
“Vive
de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e
integridad, piensen en ti”