BURLADA

Con lágrimas en los ojos

yacía en el sofá

con mi corazón abatido

con mi corazón deseoso de la verdad,

y solo salio de su boca,

de la boca de aquel hombre,

que años a tras un beso robara

a sus labios virginales,

ese hombre que ilusiones...

ilusiones vanas sembrara,

solo brotaba de su boca,

tantas falsedades, 

tantas calumnias,

tantos reproches,

tantas ofensas,

tantas humillaciones,

tanto dolor sembraba con sus palabras,

como que si yo fuera la culpable,

culpable de sus infidelidades,

culpable de su deslealtad,

culpable de mis lágrimas.

Yo pensaba sentada en el sofá

que si era culpable,

culpable de haberle dado mi corazón,

culpable de haberle entregado mi virginal ser,

culpable de amarlo,

culpable de haberle dado mi útero para que sembrara,

culpable de haberle dado mi amor para que lo pisara,

culpable de haber dejado que mi orgullo lo destrozara,

culpable de haber dejado mi lozanía en sus manos,

si era culpable de haberlo amado.

Me quede cual fantasma en el sofá,

llorando amargamente mi pecado,

pecado de haber dado,

lo más hermoso de mi ser,

a un hombre tan taimado,

cansada de llorar,

cansada de esperar el sueño,

cansada de esperar la muerte,

cansada de ilusiones,

cansada de despecho,

cansada de no ser amada,

simplemente cerré los ojos,

para no ver más luz oscura,

ya la claridad venia a mi.

Si había dejado mucho en las manos

del villano verdugo,

pero no estaba dado todo,

aun tenia mi vida,

aun habían más ilusiones

quedaba mucho pan por rebanar,

me levante presurosa,

lave mi rostro,

colgué para siempre el teléfono,

por donde toda su infamia me mostrara,

puse la lapida a su nombre,

abrí un nuevo camino para mi,

él y su amante no me quebrarían,

me había dado cuenta que para amar,

solo basta uno,

y yo me he dicho a mi,

levanta la cabeza y anda,

tu eres, una gran mujer y señora,

la otra con títulos y prerrogativas,

no es más que la amante de ocasión,

tu eres la madre, la madre de aquella niña

que orgulloso lo hacia,

en cambio él y la otra,

solo eran inmundicia en tu mi vida.

Hasta acá me lastimaron,

hoy levanto vuelo,

a ti te bendigo,

a tu amante la compadezco,

no te dejo el anillo que malamente

un día me entregaras,

lo pase por el desagüe donde

tu y tu amante YO hoy enviara!

Ireth Isildr; 15/09/11, 04:27.